(del árabe nakkara, y este del kurdo nakera, "concha de madreperla"). El término nacchera posee una larga y rica historia semántica en el ámbito italiano, con múltiples acepciones que oscilan entre lo organológico, lo zoológico y lo metafórico. Su uso más común y consolidado remite a las castañuelas o instrumentos similares, empleados tanto en la danza tradicional española como en la música folclórica del sur de Italia.
En su acepción musical, la nacchera es un instrumento de percusión de entonación determinada, formado por dos piezas cóncavas de madera dura, de tamaño algo menor que la palma de la mano, unidas por una cuerdecilla. Se colocan por pares (una en cada mano), se atan al pulgar o al dedo medio y se hacen sonar mediante los dedos restantes, que las golpean rítmicamente. Su origen se ha vinculado con los antiguos crótalos egipcios de madera o metal, y se considera estrechamente emparentado con las castañuelas españolas, con las que comparte forma, función y técnica de ejecución.
Además del uso en contextos musicales populares —como el fandango, la tarantela u otras danzas tradicionales—, la nacchera también ha sido descrita como juguete sonoro infantil, elaborado con materiales más humildes como conchas, cáscaras de nuez, huesos o incluso loza. En este sentido, se asemeja a los idiófonos rústicos de entrechoque presentes en muchas culturas europeas.
Desde el punto de vista lingüístico y literario, nacchera ha dado lugar a múltiples expresiones figuradas en italiano: battere le nacchere (componer versos aduladores), convertire le mani in nacchere (marcar el compás con las manos), portare le nacchere (seguirle el juego a alguien), o valer un pelo di nacchera (no valer nada). También aparece en usos eufemísticos y burlescos, como en rendere tributo a suon di nacchere alla contessa di Civillari, expresión popular para referirse a flatulencias ruidosas, registrada ya en Boccaccio.
Se conocen formas diminutivas como naccheretta o naccherino, esta última usada también para referirse cariñosamente a un niño vivaz y encantador. Igualmente, derivan de este término los sustantivos naccheraio (tocador de castañuelas) y los verbos naccherare o naccarare, con el sentido de “tocar las castañuelas” y, por extensión, de hacer ruido, bromear, ridiculizar o escribir poesía de escaso valor.
En el contexto de esta Enciclopedia de las Castañuelas y otros Idiófonos de Entrechoque, nacchera merece mención por su papel clave en la historia de los instrumentos de entrechoque en Europa. Su evolución semántica, desde designar una concha marina hasta convertirse en sinónimo de castañuela, constituye un ejemplo revelador de cómo la función sonora de un objeto puede determinar su denominación, incluso cuando los materiales cambian. Este desplazamiento del significado desde el objeto natural (concha) al artefacto musical (castañuela) es paralelo a fenómenos observados en otras lenguas y tradiciones populares.
Así, la nacchera, en sus múltiples formas y significados, se erige como un testimonio lingüístico, organológico y cultural de la pervivencia del gesto de entrechocar objetos rítmicamente para acompañar el movimiento, la danza y la expresión corporal.
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