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UDAETA, JOSÉ DE. Bailarín, maestro, coreógrafo y concertista de castañuelas español (Barcelona, 1919-2009). Figura emblemática de la danza española, integró estudios de danza clásica, española, flamenco y Escuela Bolera. Formó pareja artística con Susanne Audeoud (“Susana y José”) y actuó internacionalmente. Como docente, impartió cursos de danza española y castañuelas desde 1957; en 1973 fundó en Sitges los Cursos Internacionales de Verano para la Danza Española, referencia durante más de dos décadas. Empezó su actividad como concertista de castañuelas a los 57 años. Publicó los libros Flamenco (1965) y La castañuela española (1985), este último dedicado al instrumento como objeto de estudio, enseñanza e interpretación. Fue distinguido con la Medalla de Plata de las Bellas Artes y el Premio Nacional de Danza de Cataluña.
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YOTSUDAKE. Conocido como los “Cuatro Bambúes”, según [Pigott, 1909] es un instrumento de percusión japonés emparentado con el byakushi, formado por tablillas de bambú que se hacen sonar entre sí a modo de palillos de choque. Su uso se extendió especialmente en el ámbito teatral, donde servía para subrayar el ritmo y acompañar la acción escénica, aunque también fue empleado por mendigos como recurso sonoro para atraer la atención en la calle. El yotsudake, por su construcción sencilla y su timbre seco y vibrante, ocupa un lugar destacado entre los instrumentos populares de bambú dentro de la tradición musical japonesa.
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ZARABANDA. Danza de origen hispánico que, desde finales del siglo XVI, se difundió por Europa dejando tras de sí una estela de fascinación y de escándalo. La conocemos documentada en el ámbito hispánico vinculada a celebraciones populares y festivas, como atestigua el testimonio del médico suizo Thomas Platter, quien en 1599 asistió en Barcelona a los festejos de Carnaval y describió la sarabanda como un baile en parejas, con gestos desenfadados y movimientos considerados incluso ridículos, en el que hombres y mujeres se enfrentaban danzando siempre de cara uno al otro. Lo que llamó poderosamente su atención fue el acompañamiento rítmico de los danzantes, que no se limitaba al chasquido de los dedos, sino al uso de un pequeño instrumento sujeto al pulgar y percudido con el dedo medio: las castañetas o castañuelas, de madera o hueso, cuyo repiqueteo estridente marcaba la cadencia del baile. Platter quedó tan impresionado por aquel instrumento que envió un par a Basilea como curiosidad exótica.
La zarabanda —también llamada sarabanda en fuentes francesas e italianas— conoció pronto una doble trayectoria. En su forma inicial, popular, se la describió como desenfrenada y lasciva, hasta el punto de ser prohibida en distintos momentos. En el ámbito culto, sin embargo, se transformó en un baile grave y solemne, que los diccionarios franceses del siglo XVIII definían como una especie de minueto de movimiento lento y serio, pero que recordaban como danza antigua de España, bailada originariamente con castañuelas. [Compan, 1787], recoge tanto esta herencia hispana como la memoria de que una comediante, llamada Sarabanda, habría sido la primera en introducirla en Francia.
La Real Academia Española conservó también en sus diccionarios la memoria de este baile, ligado a lo festivo y a lo teatral, mientras que en la literatura española del Siglo de Oro se hallan alusiones a su carácter licencioso y a su uso en escenas de música y danza poco honestas. Con el tiempo, la zarabanda pasó de ser danza prohibida a convertirse en danza noble, adoptada en cortes europeas, transfigurada en la música de suite barroca, pero sin perder nunca la resonancia de sus orígenes, cuando el repiqueteo vivo de las castañuelas acompañaba los pasos de hombres y mujeres que se retaban cara a cara en las plazas y calles de España.
ZILL-ZILL. Pequeños platillos metálicos, de unos 5 cm de diámetro, que se sujetan en los dedos mediante elásticos —habitualmente en el pulgar y el medio de cada mano— y se hacen entrechocar para producir sonidos con variaciones de volumen, resonancia y tono. En la actualidad suelen fabricarse en latón, mientras que antiguamente eran de bronce, material más común en crótalos de mayor tamaño. Su uso está especialmente asociado a la danza del vientre y a tradiciones musicales de Oriente Medio y el Mediterráneo, donde reciben el nombre de sājāt en árabe (صاجات) y zil en turco (“platillo”). Son comparables a otros idiófonos de entrechoque metálico, como las tingsha tibetanas, y en la música occidental se han incorporado también a marcos de percusión como la pandereta.
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Cómo citar:
S. Polo, Daniel / Fecha de acceso/Título de la entrada o artículo/Enciclopedia de Las Castañuelas.
https://enciclopediacastanuelas.blogspot.com/
Página actualizada 02/10/2025
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