H - L

 

H

HABAS VERDES. Constituye uno de los bailes más característicos del repertorio festivo de Castilla y León, donde se interpretan en rueda o en filas con un ritmo vivo que invita a la participación colectiva. La tradición instrumental sitúa a la dulzaina y el tamboril como acompañamiento principal, pero en numerosas variantes —tanto antiguas como contemporáneas— destaca de manera especial el uso de castañuelas, que los propios danzantes hacen sonar para reforzar el compás y remarcar los acentos de cada giro y avance. Las fuentes etnográficas señalan que esta presencia de castañuelas es frecuente en las versiones segovianas y zamoranas, otorgando al baile un carácter rítmico más nítido y un timbre seco y brillante que define muchas de sus ejecuciones actuales. 

HAKU-HAN. Variante de instrumento de percusión de la familia de los crótalos de madera, empleado en Japón como elemento rítmico. Según [Pigott,1909] se trata de un tipo de clapper que aparece representado junto al tsuri-daiko en la ilustración correspondiente de la obra de Pigott. Su sonoridad seca y marcada lo vincula con otros instrumentos de choque semejantes, utilizados para acentuar el compás dentro de formaciones musicales tradicionales y en contextos rituales o escénicos.

HOROZCO, SEBASTIAN DE. (1510–1579). Poeta y dramaturgo toledano del Siglo de Oro, autor de comedias y autos sacramentales, así como del Cancionero (impreso póstumamente en 1876). En su obra poética aparece tempranamente la voz “castañeta” con valor figurado, lo que constituye uno de los testimonios literarios más antiguos de este término. Horozco emplea la castañeta como metáfora de gesto despectivo, en el sentido de “chasquido de dedos” para significar poco aprecio o burla. De este modo, documenta el uso cotidiano de la palabra en el habla popular de la Castilla del siglo XVI, anterior a su fijación lexicográfica en el Tesoro de Covarrubias (1611). Su testimonio resulta relevante por ser prueba de la difusión temprana del vocablo “castañeta” en la literatura española, tanto en sentido literal (instrumento musical) como en sentido figurado. Ver: Sebastián de Horozco y las castañetas: testimonio literario y musicológico del siglo XVI.

HOYOS, CRISTINA. Bailarina y coreógrafa española (1946-), reconocida por su maestría en el baile flamenco y por haber acompañado a Antonio Gades en sus más célebres producciones. Su uso de las castañuelas se caracteriza por la precisión rítmica y la elegancia expresiva, incorporándolas como recurso fundamental en la dramaturgia de la danza y consolidando su presencia en los escenarios internacionales.

HUESERA. Instrumento de percusión frotada compuesto por varios huesos —habitualmente tibias de cabrito o cordero— dispuestos en paralelo y unidos por los extremos con cuerdas o alambres. Se lleva colgado al cuello y se toca raspando o deslizando sobre ellos una tablilla, una castañuela o incluso otro hueso, produciendo un sonido seco y rítmico destinado a marcar el compás de cantos y danzas populares. Está documentada en diccionarios y catálogos de museos españoles, donde se describe como instrumento rústico y festivo, asociado a los villancicos, rondas y celebraciones navideñas. En algunas zonas rurales se fabrican versiones con cañas en lugar de huesos, que reciben el nombre de ginebra. La huesera representa una de las formas más características del idiófono de fricción tradicional en la Península Ibérica.

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I

IDIÓFONOS. Instrumento musical que produce sonido por la vibración del propio cuerpo del instrumento, sin necesidad de cuerdas, membranas tensadas o columnas de aire. Es decir, su sonoridad emana del material del que está hecho, ya sea madera, metal, piedra, cerámica u otros. La palabra proviene del griego idios (propio) y phōnē (sonido), lo que indica que el instrumento "suena por sí mismo".

IDIÓFONOS CLASIFICACIÓN. Forman una de las cuatro grandes categorías de instrumentos musicales según la clasificación sistemática de Hornbostel-Sachs (1914), junto a los membranófonos, aerófonos y cordófonos. Posteriormente se añadió una quinta categoría: los electrófonos. Dentro del grupo de los idiófonos se distinguen diversas subcategorías según el modo de producción del sonido.  Ver clasificación.

IDIÓFONOS DE ENTRECHOQUE. instrumento musical perteneciente a la familia de los idiófonos, es decir, aquellos instrumentos que producen sonido por la vibración de su propio cuerpo sin necesidad de cuerdas, membranas o columnas de aire. En el caso específico del idiófono de entrechoque, el sonido se genera por el golpeo mutuo de dos cuerpos rígidos e iguales o similares entre sí. Esta percusión directa, en la que una parte del instrumento choca contra la otra, permite obtener una sonoridad seca, definida y percusiva, fundamentalmente rítmica. Este tipo de instrumento suele estar formado por dos piezas de madera, hueso, marfil, piedra, cerámica o metal, que el intérprete sostiene y hace chocar entre sí. En ocasiones se sujetan mediante cuerdas o soportes, y en otros casos se mantienen simplemente en la mano. 
Desde el punto de vista organológico, los idiófonos de entrechoque están clasificados dentro del grupo 111.1 del sistema Hornbostel-Sachs, que engloba los instrumentos de percusión en los que dos cuerpos son golpeados entre sí. Según estén o no montados sobre soportes, se subdividen en 111.11, cuando no tienen soporte (como las castañuelas), y 111.12, cuando uno de los elementos está fijo o suspendido. Los idiófonos de entrechoque tienen una presencia documentada en numerosas culturas a lo largo de la historia. Su uso ha estado ligado tanto al ámbito ritual como al profano, especialmente en acompañamientos rítmicos para la danza, la música popular o la escenificación teatral. En el ámbito ibérico, los idiófonos de entrechoque son de especial importancia por ser los antecesores directos de las castañuelas, que no aparecen hasta finales del siglo XV. Entre los ejemplos más significativos de este tipo de instrumentos se encuentran las tablillas de entrechoque medievales, las tejoletas tradicionales, las claves caribeñas, los chakchas andinos, los castagnóli italianos y las tarrañuelas o tablillas interdigitales, estas últimas más relacionadas con el juego infantil que con la música formal.

INDEPENDENCIA MOTRIZ. Capacidad técnica que permite a cada mano ejecutar movimientos diferentes de manera simultánea, sin que una interfiera en la precisión o coordinación de la otra. En la interpretación de las castañuelas, la independencia motriz es fundamental para poder realizar redobles complejos con una mano (dominante) mientras la otra (acompañante) mantiene el posticeo o el patrón rítmico base.
Esta habilidad se entrena progresivamente, comenzando con ejercicios simples de alternancia (mano derecha vs. izquierda) y evolucionando hacia combinaciones de distinta velocidad, ritmo o articulación entre ambas manos. Su desarrollo permite una ejecución más fluida, expresiva y libre de rigideces.
La independencia motriz es también esencial en el fraseo musical con castañuelas, permitiendo subdivisiones rítmicas asimétricas, acentuaciones diferenciadas o diálogos internos entre ambas manos. Algunas metodologías utilizan patrones polirrítmicos, secuencias cruzadas y desplazamientos acentuales como parte del entrenamiento avanzado.
En niveles profesionales, se considera un criterio clave para valorar la madurez técnica del intérprete, así como su dominio consciente del instrumento como entidad bimanual. Su ausencia suele generar falta de precisión, sincronización forzada o empobrecimiento del discurso sonoro.

INGURUTXO. Danza tradicional originaria del Valle de Larraún, en Navarra, que se baila en parejas dispuestas en círculo, moviéndose en sentido contrario a las agujas del reloj. Las parejas sujetan un pañuelo por los extremos opuestos mientras los hombres tocan las castañuelas, acompañando el ritmo de la danza. Según Amparo y Alicia Espejo Aubero en su Glosario de términos de la danza española (2001), esta danza se practica en el valle desde 1875, especialmente en localidades como Iribas, donde la tradición se ha conservado y revitalizado.
Esta tradición fue recuperada en 1969 por el grupo Argia Dantza Taldea y ha mantenido su vigencia hasta hoy. El uso de las castañuelas en la danza subraya su vínculo con la tradición musical navarra y realza la riqueza rítmica del baile, haciendo de esta práctica una pieza fundamental del patrimonio cultural de la región.

INSTRUMENTOS DE ORDEN ESCOLAR. Conjunto de objetos sonoros empleados en la enseñanza, especialmente en instituciones religiosas, para mantener el orden, regular los tiempos y marcar las conductas colectivas. Su finalidad no era musical, sino simbólica y funcional: crear un entorno de obediencia rítmica mediante señales acústicas reconocibles por todos. Entre ellos destacan la chasca y la señal, instrumentos de percusión manual que encarnaron la autoridad del sonido breve y exacto, frente al tono prolongado de la campana o del timbre eléctrico. Estos instrumentos, al tiempo que disciplinaban el movimiento y el silencio, establecían una dimensión ritual del espacio educativo, donde cada golpe constituía un signo de presencia y de orden.
La tradición de estos objetos revela la importancia del sonido en la pedagogía religiosa y su papel en la configuración del tiempo escolar. Aunque hoy en desuso, la chasca y la señal conservan un valor etnográfico de primer orden, testimonio de un modo de organización acústica que vinculaba educación, autoridad y memoria sensorial. Véanse CHASCA y SEÑAL.

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J

JÁCARA. Género cultural del Siglo de Oro español que aunaba poesía, música, danza y teatro, caracterizado por su tono burlesco y la presencia del mundo rufianesco y de la germanía. En la escena aparecía como entremés, como pieza autónoma o inserta en comedias, donde se entrelazaban el canto, el recitado y el movimiento coreográfico. 
En el ámbito musical, la jácara se distinguía por su vivo acompañamiento rítmico, destinado a reforzar el compás del baile. Además de instrumentos como la guitarra barroca, el arpa o el teclado, se incorporaban pequeñas percusiones que acentuaban su carácter festivo. Entre ellas, las castañuelas ocupaban un lugar destacado, marcando golpes, interjecciones y silencios, y aportando una energía popular que intensificaba la comicidad y el dinamismo de la escena. 
Según [Martínez, 2015], la estructura musical de la jácara adoptaba esquemas tonales y patrones de repetición propios de los bailes populares, lo que favorecía el uso de apoyos rítmicos como las castañuelas para subrayar el pulso de la danza y la teatralidad del conjunto. 
En suma, la jácara fue un género híbrido donde lo profano y lo teatral se fundían con lo musical, y en el que las castañuelas no eran mero adorno sonoro, sino un elemento esencial para sostener la vivacidad, la interacción entre voz e instrumento y el espíritu festivo del espectáculo.

JOTANEOS (dudoso). A pesar de su reiterada presencia en una lista difundida de supuestos nombres alternativos para las castañuelas en la península ibérica, no se ha hallado ninguna referencia que confirme su existencia en diccionarios, vocabularios u otros recursos académicos, ni en fuentes históricas ni contemporáneas. La ausencia total de testimonios en repertorios lexicográficos y documentales hace pensar en un término apócrifo o, en el mejor de los casos, de uso extremadamente marginal y no registrado. La hipótesis más verosímil es que se trate de una invención reciente o de una deformación sin arraigo real en la tradición. En consecuencia, se considera dudosa su validez como denominación vinculada a las castañuelas, y se recomienda una actitud crítica hasta que aparezcan pruebas fehacientes que avalen su autenticidad. DSP.


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K

KALAKA. Denominación aplicada a una especie de karraka de gran tamaño, provista de brazos o palas que pueden alcanzar hasta un metro de longitud, concebida como artefacto sonoro de función práctica y no musical. La kalaka se instala tradicionalmente en el campo sobre un soporte de aproximadamente dos metros de altura y suena de manera automática cuando el viento pone en movimiento sus palas, generando un ruido seco y reiterado destinado a ahuyentar a los pájaros de los cultivos. Aunque su finalidad es claramente agrícola, la kalaka comparte principios acústicos y formales con otros instrumentos de ruido y de señal, basados en la percusión y el batido de elementos rígidos, lo que permite situarla en el ámbito más amplio de los objetos sonoros tradicionales. Su parentesco conceptual con la carraca y, por extensión, con las castañuelas, reside en la producción de sonido mediante el choque rítmico de piezas duras, si bien en este caso el ritmo no es humano ni intencional, sino fruto del azar del viento, convirtiendo el paisaje agrícola en un espacio sonoro activo y cambiante.

KANABERA. Caña utilizada como instrumento de percusión que funciona por entrechoque, de manera semejante a las castañuelas. Su construcción es sencilla y económica, lo que la convierte también en un juguete sonoro infantil con el que los niños practican ritmos, solos o acompañando sus cantos. Se elabora a partir de un tramo de caña común cortado entre nudos, al que se abre una ventana central y un corte longitudinal que permite obtener dos mediacañas móviles. Estas se golpean entre sí al sostener el instrumento por el extremo cerrado, mientras la otra mano incide sobre la base, produciendo golpes, redobles y variaciones rítmicas característicos. Ver: KANABERA

KHATTALLA. Según [Lacál, 1899]. Idiófono de entrechoque metálico tradicional utilizado en Bengala. Las khattalla forman parte del repertorio de instrumentos de percusión manual típicos de esta región del subcontinente indio. Es mencionado también por [Pedrell, 1894].

KARRAKA. Voz vasca que designa un instrumento de percusión de ruido, correspondiente a la carraca o matraca del ámbito castellano. En euskera se documenta también bajo las formas kirrika y kalaka, todas ellas relacionadas etimológica y funcionalmente con la idea de sonido áspero, repetitivo y estridente producido por fricción o percusión mecánica.
La karraka no pertenece al grupo de las castañuelas ni de los idiófonos de entrechoque manual propiamente dichos, sino al de los idiófonos de sacudimiento o de rotación, cuyo sonido se genera mediante el giro de una pieza dentada o martillo móvil que golpea una caja o lengüeta rígida. Su función ha sido fundamentalmente señalizadora, ritual o ceremonial, más que musical en sentido melódico o coreográfico.
En el contexto vasco, la karraka se asocia de manera preferente a usos extra-musicales, especialmente en ámbitos religiosos y comunitarios, como sustituto de las campanas en determinados periodos litúrgicos o como instrumento de aviso colectivo. 
Aunque en ocasiones se incluye la karraka en repertorios generales de instrumentos populares, su presencia responde a una lógica distinta de la de las castañuelas, tarrañuelas o tablillas de entrechoque. Por ello, en una clasificación organológica estricta, debe entenderse como un instrumento afín por su condición de idiófono, pero no como una variante ni una transformación de las castañuelas, sino como un objeto sonoro con funciones y contextos propios.

KASTAINETAK. Denominación en euskera para las castañuelas. El término parece ser una adaptación lingüística del castellano castañetas, plenamente integrada en el uso moderno del euskera para designar tanto el instrumento en general como su empleo en contextos musicales y dancísticos.
En el ámbito vasco, kastainetak se emplea como equivalente funcional de castañuelas, sin que ello implique necesariamente una morfología, técnica interpretativa o tradición diferenciada respecto a otros contextos peninsulares. Su uso es habitual en textos contemporáneos, materiales pedagógicos y descripciones actuales de instrumentos, especialmente cuando se redactan en euskera o se refieren a prácticas musicales desde una perspectiva lingüística normalizada.
Desde el punto de vista organológico, el término no define una tipología específica ni una categoría autónoma dentro de los idiófonos de entrechoque, sino que actúa como denominación vernácula moderna. Por ello, en contextos de clasificación histórica o comparativa, kastainetak debe entenderse como una voz lingüística y no como un tipo instrumental diferenciado.

KASKAÑUELAK. Denominación en lengua vasca para las castañuelas, documentada en la Auñamendi Eusko Entziklopedia y en repertorios lexicográficos vascos. Su forma revela una adaptación fonética y morfológica de la palabra castellana, incorporada al euskera con ligeras variaciones que conviven con otros términos como kaskainetak, kriskitinak o kastainetak. Se trata, por tanto, de un préstamo híbrido que refleja la riqueza dialectal del euskera y la diversidad de denominaciones locales para un mismo instrumento. Aunque menos frecuente que otras variantes, kaskañuelak testimonia la circulación del vocablo dentro del ámbito popular y su arraigo en el patrimonio lingüístico y musical del País Vasco. Ver.

KASTAGNETTEN. Nombre en lengua alemana para las castañuelas, derivado directamente del castellano castañuelas. Su uso se encuentra consolidado en la literatura musical germana desde el siglo XVIII, en diccionarios y tratados que adoptan el término para designar este instrumento de percusión característico de la tradición española. La forma plural en -en responde a la morfología propia del alemán, que integra así un extranjerismo conservando su raíz hispánica. Aparece en textos lexicográficos, en partituras y en manuales de orquestación, reflejando la difusión de las castañuelas en el ámbito europeo y su presencia tanto en la música popular como en la música académica.

KASTAGNETTER. Vocablo danés que designa a las castañuelas, idiófonos de entrechoque manual empleados principalmente en la tradición musical y dancística española. El término se utiliza en Dinamarca de manera genérica para referirse tanto al instrumento real como a su representación simbólica en contextos relacionados con lo español o lo flamenco.

KASTAINETAK. Denominación en euskera para las castañuelas, recogida en vocabularios y repertorios musicales vascos. La forma muestra una clara adaptación fonética de la palabra castellana castañuelas al sistema lingüístico vasco, con sustitución de la palatal por el diptongo ai y el sufijo plural propio del euskera en -ak. Se trata de una de las variantes más comunes en la lengua vasca, junto a otras como kaskainetak, kaskañuelak o kriskitinak, que reflejan la riqueza de denominaciones locales. El término confirma la presencia del instrumento en el País Vasco, tanto en el ámbito popular como en la transmisión oral y escrita, y da cuenta de la integración del objeto en el acervo cultural vasco mediante una forma léxica propia.

KASTANETY. Denominación en lengua polaca para las castañuelas, tomada del castellano castañuelas y adaptada a la fonética y morfología del polaco. El término aparece en diccionarios generales y especializados de música, donde se emplea en plural, siguiendo el uso habitual de la lengua de origen. Su presencia en la lexicografía polaca refleja la incorporación del instrumento al vocabulario musical europeo, particularmente en el marco de la música orquestal y de concierto, en la que las castañuelas fueron empleadas desde el siglo XVIII como elemento exótico asociado a lo español.

KASTANJETO / KASTANJETÉS. Esperanto. konsistas el du rondaj, konkavaj platetoj el ligno au eburo, garnitaj de elstaraĵo, traboritaj de du aŭ tri truoj, tra kiu pasas ŝnureto kunliganta ilin, la du konkavaj partoj unu kontraŭ la alian. 

KASTANJETE  Croata

KASTANJETIT  Filandés

KASTANYET  Turco

KASZTANYETTA  Húngaro

KARP.  Nombre dado por Pedrell, según cita en su Diccionario, a un instrumento popular de Siam (actual Tailandia) consistente en unas castañuelas de bambú. No se trata de las castañuelas españolas, sino de un idiófono de entrechoque formado por un cilindro o tubo hueco de bambú al que se atan, mediante cuerdas, dos pequeñas piezas o bolas de madera. Al agitarlo, las piezas golpean el cuerpo de bambú y producen un sonido seco y rítmico. De construcción sencilla y con materiales vegetales locales, se emplea como acompañamiento en danzas y celebraciones populares, así como en contextos lúdicos. El término “castañuela” se aplica aquí por analogía con la función rítmica y el timbre, y no por identidad formal con el instrumento ibérico.

KIRRIKA. Denominación en euskera aplicada a un objeto sonoro tradicional del ámbito rural vasco. Se trata de un idiófono de fricción realizado en madera, concebido para producir un sonido áspero, chirriante y repetitivo mediante el roce o la acción mecánica de una pieza móvil sobre una superficie rígida. El resultado acústico es seco y penetrante, y responde más a una función práctica o simbólica que a una intención musical elaborada.
Su uso histórico se vincula principalmente a contextos rurales. La kirrika se ha empleado como recurso sonoro funcional, especialmente para la señalización o para ahuyentar animales en tareas agrícolas, así como en ámbitos domésticos o infantiles, donde podía adquirir un carácter lúdico. No consta como instrumento integrado de forma estable en conjuntos musicales tradicionales, aunque su sonido forma parte del paisaje acústico popular y, en tiempos recientes, ha sido ocasionalmente recuperado en contextos etnográficos o demostrativos.
Desde el punto de vista terminológico, el nombre kirrika tiene un claro valor onomatopéyico y remite directamente al chirrido que produce el instrumento, en relación con otras voces vascas emparentadas fonéticamente con la idea de fricción sonora. No existe una equivalencia precisa en castellano, por lo que suele describirse por su funcionamiento o por su uso antes que por una traducción nominal.

KLASKETA. Chasquido producido con los dedos de la mano que imita el sonido de las castañuelas y que forma parte del vocabulario corporal y sonoro de la danza tradicional vasca. La klasketa no es un instrumento material, sino una técnica gestual mediante la cual el dantzari convierte la propia mano en generadora de ritmo, logrando un efecto percusivo seco y articulado que recuerda claramente al timbre de las castañuelas. Este recurso aparece documentado en bailes como la jota y el orripeko, así como en el arin-arin o porrusalda, y se integra también en determinadas danzas de carácter ritual, donde el sonido del cuerpo adquiere un valor simbólico y estructural.

KOMBOLOI. Objeto tradicional griego compuesto por una serie de cuentas ensartadas en un cordón, concebido originalmente como rosario secular o elemento de distracción y sosiego, pero dotado asimismo de una dimensión sonora que lo aproxima a los idiófonos de fricción y percusión. 
Su nombre, derivado del griego kombolói, alude a la “colección de nudos” que en otros tiempos servía para acompañar plegarias; sin embargo, en la Grecia contemporánea ha perdido todo carácter religioso para convertirse en un signo cultural, un amuleto cotidiano y, en determinadas prácticas, un recurso musical.
El komboloi produce sonido tanto por el choque rítmico de sus cuentas como por el roce continuado entre ellas. Al manipularlo mediante movimientos ágiles de la mano, las cuentas se agrupan, se separan y vuelven a encontrarse, de modo que generan un timbre seco, repetido y claramente articulado, semejante al de pequeñas percusiones manuales. Esta forma de ejecución, muy extendida entre sus usuarios, crea patrones regulares que pueden acompañar conversaciones, cantos o improvisaciones cotidianas, y convierte al objeto en un idiófono accidental, aunque apreciado por su carácter rítmico.
Existen técnicas más específicas que exploran su potencial sonoro. Entre ellas destaca la práctica de frotar las cuentas contra el borde de un vaso o copa, lo que produce un sonido distinto, sostenido y casi vibrante, semejante al de otros instrumentos de fricción donde el contacto entre dos materiales define el timbre. También se documenta la costumbre de colgar el komboloi de la ropa para percutirlo suavemente contra una superficie de vidrio durante ciertos cantos populares, reforzando el compás con un toque leve pero perceptible. En ambos casos, el objeto trasciende su función lúdica para integrarse en la creación de un acompañamiento rítmico de carácter íntimo y doméstico.

KRAXKILLONAK. Denominación en euskera para las castañuelas, recogida en repertorios lexicográficos y etnográficos vascos. El término presenta una formación onomatopéyica, que evoca el sonido seco y repetido producido por el choque de las maderas, y se articula mediante el sufijo plural en -ak, característico de la lengua vasca. Forma parte del conjunto de variantes locales —como kaskainetak, kaskañuelak, kriskitinak o kastainetak— que atestiguan la integración del instrumento en la cultura popular vasca y la riqueza expresiva de su léxico. Su empleo, aunque menos extendido que otras denominaciones, constituye un testimonio de la diversidad lingüística que rodea a las castañuelas en el ámbito del País Vasco.

KRISKITINAK. Denominación en euskera para las castañuelas, presente en vocabularios y repertorios musicales del País Vasco. El término es de carácter onomatopéyico, reproduciendo el sonido característico del instrumento, y adopta el sufijo plural vasco -ak, que señala su pluralidad. Forma parte de un conjunto de variantes locales —como kaskainetak, kaskañuelak, kraxkillonak o kastainetak— que reflejan la diversidad lexical y la riqueza fonética del euskera. Su uso evidencia la presencia de las castañuelas en la tradición musical vasca, tanto en contextos populares como en la transmisión oral y escrita, y contribuye a la comprensión del modo en que los instrumentos son integrados lingüísticamente en la cultura regional.

KRISKITINAK  P. Vasc.

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LAPETA. Instrumento tradicional de percusión gallego, también conocido como estraloque, formado por una pieza de madera con una o dos láminas móviles que, al ser agitado en el aire sujetado por un mango, percuten contra otra lámina fija unida a ese mismo mango. Su funcionamiento se basa en el entrechoque repetido de las partes móviles, produciendo un sonido seco y rítmico empleado en contextos populares. 

LINARES, JUAN JOSÉ. (1930–2009) Figura clave en la difusión del folclore español, especialmente el gallego. Colaboró con agrupaciones de danza de todo el país, y su trabajo influyó en la coreografía tradicional. El Museo Juanjo Linares en Ordes alberga objetos personales, trajes regionales y documentación sobre su vida y obra.
En dicho museo se conserva su colección privada de castañuelas, que, aunque no está expuesta al público, puede verse en: The World of the Castanets.

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Cómo citar: 
S. Polo, Daniel / Fecha de acceso/Título de la entrada o artículo/Enciclopedia de Las Castañuelas.
https://enciclopediacastanuelas.blogspot.com/

Última actualización: 22/12/2025





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Las tablillas de San Lázaro en la edad media.

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