Las tablillas interdigitales es una denominación de conveniencia para un tipo de idiófono de entrechoque formado por dos pequeñas piezas planas de madera que se colocan entre los dedos de cada mano y se hacen sonar al moverlas para que choquen entre sí. Su uso ha sido tradicionalmente lúdico, más cercano al juego infantil que a la práctica musical formal, aunque en ciertas ocasiones han servido como acompañamiento rítmico en bailes o representaciones populares.
Estas tablillas se insertan entre los dedos —habitualmente entre el índice y el corazón, o entre el corazón y el anular— y se sujetan mediante la presión natural de los dedos, sin necesidad de cordeles ni mecanismos de fijación. Al mover las manos, las tablillas golpean unas contra otras produciendo un sonido breve, seco y agudo. La técnica, aunque simple, permite cierto control del ritmo y la acentuación, por lo que no debe subestimarse su potencial expresivo, especialmente cuando se acompaña con canto o danza.
Su uso está documentado en diferentes zonas de la península ibérica, aunque bajo nombres y formas ligeramente distintos. A diferencia de las tejoletas, hechas de teja o barro cocido, las tablillas interdigitales son siempre de madera, lo que les proporciona un timbre más blando. Tampoco deben confundirse con las castañuelas, que poseen una estructura cavada, cordón y técnica de ejecución compleja. Este tipo de tablillas aparece documentado en varias regiones de la península ibérica, con denominaciones diversas como tarrañuelas, palillos castellanos, o castañuelas de palo. .
No existen, en la península, representaciones iconográficas precisas de tablillas interdigitales anteriores al siglo XIX, aunque algunos estudiosos han sugerido que ciertas imágenes de la Edad Media podrían mostrar idiófonos similares, sin que exista consenso al respecto. En todo caso, su identificación como instrumento musical serio ha sido escasa, pues han sido consideradas tradicionalmente como parte del universo lúdico infantil. Así lo refiere Rodrigo Caro en sus Días geniales o lúdricos, donde alude a juegos de tablillas en manos de niños, sin intención artística.
En el ámbito organológico, se les puede asignar una función de acompañamiento rítmico simple, apta para reforzar pulsos binarios o ternarios en músicas populares. Su sencillez estructural y facilidad de ejecución han contribuido a su persistencia en entornos rurales, aunque raramente han pasado al repertorio académico o profesional.
En la actualidad, el término "tablillas interdigitales" se emplea como categoría descriptiva ya que no es una denominación tradicional. Sirve para distinguir este tipo de instrumento de otros idiófonos de entrechoque similares, como las tejoletas, que tienen una denominación reconocible. Su recuperación reciente en contextos de recreación histórica o folclore escénico ha contribuido a visibilizar un patrimonio sonoro modesto, pero lleno de interés etnográfico.